El cámara de Cousteau, Roberto Rinaldi, llevará a la RAI-1 italiana el bosque de coral negro submarino de Lanzarote

El cámara de Cousteau, Roberto Rinaldi, llevará a la RAI-1 italiana el bosque de coral negro submarino de Lanzarote

Tras trabajar en los fondos marinos de Puerto del Carmen, dentro del proyecto B-CHARMED, en colaboración con la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS), el Instituto Universitario ECOAQUA de la ULPGC y el laboratorio de Ecogeoquímica de Ambientes Bentónicos de Banyuls-sur-mer (LECOB-Francia), el fotoperiodista italiano pretende incluir las imágenes obtenidas en varios proyectos televisivos con los que busca “contar una gran aventura” que espera que sirva para mostrar a los jóvenes que “la ciencia no es aburrida, es también una aventura humana, la de descubrir quiénes somos y mirar hacia delante”

El fotoperiodista italiano Roberto Rinaldi, miembro durante 17 años de la última tripulación del célebre investigador marino francés, Jacques Cousteau, prepara ya un programa para la televisión italiana RAI-1 sobre los bosques de coral negro estudiados en los fondos marinos de Lanzarote por los investigadores del proyecto B-CHARMED, liderado por ABAS y que cuenta con la colaboración del Instituto Universitario de Investigación en Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC).


Rinaldi, que ha trabajado codo con codo junto a los científicos del proyecto B-CHARMED durante sus inmersiones en las costas lanzaroteñas, pretende incluir el material obtenido en un proyecto televisivo más amplio que, según sus palabras, “nos sirva para contar una gran aventura y que sirva de testimonio de grandes descubrimientos científicos”.


B-CHARMED, el proyecto europeo responsable del estudio de los bosques de coral negro que viven a más de 45 metros de profundidad en la zona costera de Puerto del Carmen, en Lanzarote, estudia la importancia, el papel y la extensión de estas colonias marinas, a las que además viven “adheridas” diversas especies de pequeños invertebrados, también en estudio por parte de los investigadores. Investigadores que Rinaldi define como “aventureros” que están contando “lo que sucede en el planeta”.


Según su dilatada experiencia como cámara especializado en la vida submarina, el italiano asegura que “estamos empezando a entender que el ser humano no debe tener solo una perspectiva. Debe ser capaz de ver un horizonte más amplio y, por lo tanto, el hecho de sumergirse debajo del agua, no es solo andar debajo del agua, es comprender que este ambiente es parte de un ecosistema general. Que, en realidad, todo el mundo es un solo ecosistema, que no existe una pieza del coche que pueda ser suprimida”.


“El mundo submarino es únicamente una pieza de una máquina maravillosa”, apostilla, mientras espera que su trabajo en colaboración con los investigadores submarinos sirva para “que consigamos contar a las jóvenes generaciones que la ciencia no es aburrida, no son solo libros o bibliotecas; es también aventura, una aventura humana, la de descubrir quiénes somos y mirar hacia delante”.

Rinaldi, que en 2012 trabajó también junto con las autoridades italianas en el siniestro del Costa Concordia, en la isla de Giglio, en La Toscana, filmando los trabajos de rescate y recuperación del buque y de descontaminación de la zona, está convencido por vivencias como ésta que “la energía humana puede también orientarse en sentido positivo” y hace hincapié en que, mientras avanzamos en la conquista del espacio “el mundo submarino está todavía por descubrir”, por lo que siente la importancia de “intentar contar una campaña científica como la del proyecto B-CHARMED, que trata de explorar un bosque de coral negro que ¿cuántos años tiene? No lo sabemos. Seguramente siglos o, quizás, ¿milenios? O igual figura entre los animales más antiguos del planeta. No lo sabemos”.


De este modo, asegura emocionado que “estar enfrente de todas estas preguntas supone estar delante de una nueva frontera para la exploración, algo que debería apasionarnos y que esperamos que apasione a los jóvenes”.


El proyecto acaba de culminar sus primeros trabajos oficiales, que han servido para el estudio de las especies que habitan estos bosques de coral negro, así como para realizar las primeras mediciones de corriente que han dado como resultado certezas en cuanto a la interacción de estas con el “bosque submarino”, apunta Lorenzo Bramanti investigador de LECOB. El siguiente paso, según su investigador principal, Francisco Otero-Ferrer, pasará por el mapeo de los bosques hallados, así como el desarrollo de herramientas que permitan la categorización de las especies que viven asociadas a ellos.


La iniciativa, cuya continuidad se plantea al menos hasta final de año, pretende desarrollar herramientas que permitan generar mapas de estos ecosistemas únicos, analizar las especies que viven en ellos y determinar medidas de gestión que ayuden a su conservación. Se abre así, en palabras de Rinaldi, “una nueva frontera”.


En esta primera campaña, que se extendió durante 2 semanas en las costas de Lanzarote además de Francisco Otero-Ferrer, de la Asociación Biodiversidad Atlántica y Sostenibilidad (ABAS), como investigador principal, y Roberto Rinaldi como cámara, han participado los investigadores Fernando Espino, asociado al Instituto Universitario de Acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos (IU-ECOAQUA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), colaborador principal en el proyecto; junto a Lorenzo Bramanti y Katell Guizien, investigadores del CNRS (Centro Nacional de la Investigación Científica) perteneciente a LECOB; así como la estudiante de doctorado de la ULPGC, Sandra Navarro Mayoral.


El equipo de B-CHARMED ya está trabajando en la planificación de la segunda campaña que se plantea para el próximo mes de abril cuya labor se centrará sobre todo en el mapeado de los bosques mediante herramientas acústicas.
Este proyecto forma del programa europeo LIFE4BEST que recibe financiación del Programa LIFE de la Unión Europea, de la Oficina Francesa para la Biodiversidad (OFB) y de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD).